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lunes, 23 de marzo de 2015

Ni??a de 11 a??os desmonta el enga??o del REIKI: toque terap??utico




Reikista imponiendo manos a un enfermo en
un hospital de USA

El experimento que NING??N reikista quiso refutar; con once a??os ??sta ni??a logr?? un reto que a muchos investigadores les cuesta a??os de esfuerzo: publicar en una revista cient??fica. 



Emily Rosa est?? en la Historia de la Ciencia por ser la persona m??s joven en llevar una de sus investigaciones a las p??ginas de una publicaci??n.



Y lo hizo con un trabajo que desmont?? a la supuesta medicina alternativa del toque terap??utico, una t??cnica de sanaci??n relacionada con el reiki.



El toque terap??utico y el reiki parten de una premisa: el ser humano tiene un ??campo energ??tico?? que si se desequilibra causa enfermedades. 



El terapeuta, a modo de gu??a, puede imponer las manos para cambiar el flujo del chi (para los chinos la energ??a espiritual del universo) o prana, en su versi??n india, que hace mejorar la salud del enfermo. Un tratamiento que la ciencia nunca ha aceptado.





Aunque tanto el reiki como el toque terap??utico suenan a algo ancestral de miles de a??os de historia con una profunda base espiritual, lo cierto es que son t??cnicas que se inventaron en el siglo XX. 










Dolores Krieger (izquierda) y Dora Kunz,
 las inventoras del Toque Terap??utico.

En concreto el toque terap??utico surge en 1970 de la mano de Dolores Krieger, profesora em??rita de enfermer??a en la Universidad de Nueva York, junto a una compa??era, Dora Kun, seguidora de la teosof??a (una amalgama de filosof??a, ciencia y espiritualidad) crearon esta pseudociencia que asegura la sanaci??n con la simple imposici??n de las manos....la misma teosof??a luciferina de madame Blavatsky!








En pocos a??os hubo un crecimiento exponencial de seguidores de esta t??cnica. Incluyendo a miles de m??dicos que en Estados Unidos la aprendieron con todo el halo m??stico que le trataron de insuflar pese a que estaba reci??n creada. 



Un trabajo de 4?? curso



Una de esas ni??as que no paran de cuestion??rselo todo se lanz?? a descubrir qu?? hab??a detr??s del toque terap??utico. 



Emily Rosa, entonces una estudiante de cuarto grado en un colegio normal del estado de Colorado, dise???? un sencillo experimento para determinar si los ??terapeutas?? pueden o no sentir el ??campo energ??tico?? de los seres humanos. El resultado no pudo ser m??s claro: apenas sent??an nada.



El proceso era simple: Emily Rosa se sentaba frente al terapeuta. Entre ellos una mampara de cart??n imped??a poder verse cara a cara. Solo hab??a dos huecos en la pantalla por donde el experto en toque terap??utico introduc??a sus manos. En ese momento Emily eleg??a acercar su mano (y con ella su supuesta energ??a vital) a una de las dos extremidades del terapeuta, que deb??a ??sentir?? sobre cu??l de ellas se situaba (sin aproximarse demasiado para que no sintieran el calor corporal, algo realmente constatable sin ning??n poder m??stico).











El resultado fue que de los 28 tests que realiz??, el porcentaje de acierto fue un 47%. Tan aproximado a lo que dice la probabilidad que, efectivamente si lo hubieran realizado personas al azar sin ninguna idea de terapias energ??ticas, el resultado hubiera sido el mismo. 







Tanto es as?? que la elecci??n de la mano sobre la que Emily enviaba su energ??a la hac??a con la ayuda de una moneda lanzada al aire. Puro azar, pura estad??stica.



Sin embargo Dolores Krieger, la fundadora de esta medicina, no se prest?? al experimento. 



??La v?? y estaba muy asustada??, contaba la ni??a en una entrevista. Una entrevista en la que tambi??n sorprende descubrir su ??mente cient??fica??, siempre buscando que otros refutaran su experimento, esperando que otras personas repitieran su prueba para poder afirmar con seguridad su verdad: la verdad de la ciencia contrastada.



El resultado de tanto esfuerzo lleg?? en 1998 con la publicaci??n de su trabajo en la revista Journal of the American Medical Association. Un logro ??pico para el trabajo escolar de una ni??a de 11 a??os.







Fuente: http://www.abc.es/ciencia/20140812/abci-reiki-experimento-fraude-201408111236.html